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1971 Land Rover Series 2A – Espíritu de Servicio

Este Land Rover llegó al taller inmóvil, como un guerrero que había dado todo pero necesitaba resucitar. No arrancaba, pero su historia persistía. Y decidimos devolverle la vida, con respeto por su esencia y ojo en los detalles.

Desarmamos todo, hasta el último remache. El corazón original, el motor diésel típico de la serie, fue revisado a fondo. En los modelos de la Serie II/IIA, Land Rover ofrecía un motor 4 cilindros de 2.25 litros, ya sea en versión nafta u opción diésel.

Con ese bloque como punto de partida —reconstruido, revisado, sometido a pruebas de compresión, puesta a punto y nuevos ajustes— el motor volvió a ronronear con fuerza. Se cuidaron los puntos críticos: cigüeñal, bancada, árbol de levas — como requiere una restauración confiable.

La restauración no quedó solo en el corazón: rebobinamos todo el sistema eléctrico, con cableado nuevo, iluminación completamente renovada y faros actualizados — porque un clásico puede seguir siendo clásico, pero debe cumplir hoy. Las luces nuevas no solo mejoran la visibilidad; le dan seguridad pensada para uso real.

La carrocería se recuperó a conciencia: chapa reparada, estructura saneada, y luego pintura definitiva en un color arena militar, que le devuelve presencia de todoterreno de época, pero con mirada contemporánea.

Completamos con elementos claves: ruedas nuevas, neumáticos acordes, suspensión puesta a punto, frenos revisados, y todos los detalles mecánicos repasados. Cada pieza fue revisada, reparada o reemplazada — sin atajos.

Este Series 2A ya no duerme en un rincón: ahora camina, ruge, brilla. Está listo para volver a recorrer caminos difíciles, para ser confiable — como en sus días de gloria — pero con la robustez de una restauración moderna. Es un homenaje a la herencia del off-road, a la mecánica pura, a la esencia de aventurarse lejos.

Hoy, este Land Rover no es solo un clásico restaurado. Es un vehículo vivo, con historia renovada, preparado para otros 50 años de ruta.

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